El siglo XX nos encontró organizando la escuela argentina,buscando profesores y profesoras extranjeros, haciendo aulas, mejorando programas, seleccionando quienes ingresaban a la educación y quienes quedaban fuera de ella, quienes podían seguir estudiando, quienes debían estudiar en sus casas pues no tenían posibilidades de inclusión en niveles superiores, y preparando maestros "apóstoles", aquellos que debían disponer de todo el tiempo de sus vidas para ser docentes, dejar sus convicciones políticas, sus reclamos, bajar la cabeza y trabajar sin mejoras económicas ni sociales. Esta situación no cambió demasiado en todo el siglo, sólo en los últimos años, luego de haber pasado por la nefasta dictadura que se cobró la vida de muchos compañeros y el exilio de otros, se comenzó a pensar en acciones directas que sacaran del letargo las reivindicaciones de los trabajadores de guardapolvos blancos.
El siglo XXI nos mantiene enérgicos y comprometidos, con 30 años de trabajo sindical que crece día a día, cumpliendo con aquel anhelo de 1988, cumpliendo con el reclamo de Paritarias, cumpliendo con las mesas de diálogo que nos permiten exponer valederas razones de nuestras necesidades, abriendo un abanico de reales problemas de las escuelas, los alumnos y los docentes. Nadie queda fuera de nuestra lucha porque somos conscientes que el salario no es lo único que está desactualizado para vivir en Entre Ríos o en Argentina.
Lo que debemos exaltar en este 23 de mayo es la enseñanza de la MARCHA BLANCA, docentes de todas partes del país sabiendo hacia dónde caminar, con la unidad como acción principal, con las negociaciones colectivas como programa sindical para beneficiar a todos los trabajadores de la educación sin minimizar su labor por el tiempo en que viste el guardapolvos.
Así como en aquel 1988 hoy, en 2012, nos hemos visto humillados por el poder político quien ha menguado el trabajo de un sector docente, como el maestro de educación inicial y primaria que cumplen 4 hs. en la escuela, sin valorar que es unos de los pocos trabajadores, que una vez fuera del establecimiento, sigue buscando materiales, beneficios, ropa, zapatos para sus alumnos, sigue golpeando puertas y poniendo la cara para solicitar crédito y así sostener los comedores escolares, que sale a vender rifas para arreglar el techo de la escuela, y esto no es ser apóstol, esto es llenar el espacio que el Estado deja librado al azar.
Por estas razones, FELICIDADES TRABAJADORES DE LA EDUCACIÓN, que este camino iniciado sea la lucha de todos, sin mezquindades, con los ideales en alto quienes vivimos la movilización de 1988 siendo muy jóvenes y hoy tenemos la posibilidad de iniciar las Paritarias Docentes en nuestra provincia, y transmitiendo el deseo de más docentes comprometidos con el trabajo de todos.
Lourdes Fernández
Congresal Titular
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